Los sistemas biométricos parecen ser muy nuevos o actuales sin embargo sus raíces remonta al año 500 a. C., se dice que los babilonios usaban huellas dactilares para registrar transacciones comerciales en las tablas de arcilla y de esa manera a través de la historia podríamos mencionar diversos usos, pero su desarrollo más fuerte ha sido en los últimos 30 años.
La biometría es una tecnología que aprovecha las características biológicas o físicas de los seres vivos para una identificación estandarizada. Dentro de la biometría encontramos métodos como iris, geometría de la palma, huella digital, rostro, voz, entre otros.
La huella digital fue por mucho tiempo la alternativa más económica y segura para el reconocimiento inequívoco de personas con aplicaciones en documentos únicos, licencias de conducir, sobrevivencia, control de asistencia de empleados, control de acceso, entre otros.
Con la llegada del Covid-19 el miedo a la contaminación cruzada ha detenido el uso de la huella digital en los diferentes ámbitos, incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por tanto las diferentes Instituciones Regentes de la Salud y el trabajo de cada país recomienda no utilizar este tipo de tecnología sobre todo en las aplicaciones para el control de asistencia y restringir el acceso en las oficinas.
El “contactless” ya era una realidad mucho antes del virus pero los fabricantes incorporan a estos una función muy interesante y que hace más atractiva la solución y es la detección de temperatura. Recordemos la detección de temperatura debe estar acompañada de las demás acciones de prevención como estaciones de desinfección de manos, distanciamiento social, servicios al cliente sin contacto entre otras.
Dicho esto, en almacenes, tiendas, centros comerciales y oficinas están utilizando este tipo de tecnología para la detección de fiebre en sus visitantes, ya que la persona no necesita estar registrada para detectar su temperatura. Si nos preguntamos cuál es la diferencia entre este sistema y un termómetro tradicional, la respuesta es fácil, ya que si bien es cierto, la toma de temperatura es tan solo el primer filtro, su software representa una oportunidad para avanzar hacia el procesamiento inteligente de la información (informes y estadística) y la toma de decisiones inmediatas gracias al procesamiento de la misma en tiempo real (el sistema permite el envío de un correo eléctrico si ha ingresado una persona febril a su negocio para activar los protocolos de bioseguridad).
Otra de las grandes características de estos sistema y muy útil para la prevención del Covid-19, es la detección de cubre bocas de los empleados o usuarios. Si el usuario no porta cubre bocas no permite el ingreso o genera una alarma.
Hay empresas que están conscientes de la necesidad de esta tecnología, pero les preocupa la alta inversión y que sea un producto de transición el cual se vuelva inservible cuando la crisis termine. En el mercado hay muchas alternativas desde las más económicas hasta las de mas altos costos, entonces qué puntos debemos considerar antes de invertir en una solución como esta: Garantía, calidad de los equipos y hay dos cosas que van de la mano un buen software y un buen soporte técnico. De poco sirve tener un gran software si no sabemos cómo utilizarlo, pero si tenemos la empresa que nos brinde un gran servicio de soporte estamos resueltos. Nuestro soporte técnico puede ser muy bueno, pero si el software es pobre nos quedamos cortos, ahí no tendremos retorno de nuestra inversión.
Está demostrado que los sistemas digitales hacen a las empresas más productivas y les trae miles de beneficios, lo único que debemos hacer es buscar a un aliado experto que nos permita obtener un verdadero retorno de inversión, solo basta preguntarles a sus contactos sus experiencias y tendremos una rápida respuesta de quien debe ser ese aliado.
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